Ikki derrotado, les cuenta a todos, los terribles momentos vividos en la Isla de la Reina Muerte. Para lograr ser un Caballero tuvo que asesinar a su maestro, demostrando de esta manera el odio que tenía en los más profundo de su ser. De esta manera decide acabar con la Fundación Graude y con todo lo que se relacionaba con ello, incluyendo a su hermano. De pronto, aparece Dócrates, un Caballero enviado por el Santuario para recuperar la Armadura de Oro. Dócrates le ordena al Caballero del Fénix que le entrege el casco de la Armadura de Oro, pero Ikki se niega, y se lo entrega a Seiya. Ikki, en un último esfuerzo ataca a Dócrates, resultando ambos sepultados por el derrumbamiento de la montaña. Aun así, los esbirros de Dócrates logran llevarse todas las partes de la armadura, excepto el casco dorado, que ahora está en manos de Seiya y sus compañeros.